martes, 21 de abril de 2015

Devolución

Devolución
    
     Eran las 5:25 AM. Me desperté porque quería ir al baño. Me daba un poco de pereza levantarme pero la vejiga me ganó. Me siento en la cama…busco mi pantufla…busco mi otra pantufla… Me quedo un minuto más sentado en la cama, y me levanto. Para que puedan visualizarlo, dejo detallado la casa. La habitación en donde me encontraba, está en el piso de arriba. Saliendo de allí, se entra a un pasillo donde hay tres puertas más de habitaciones y en el fondo, se halla el baño. Bajando las escaleras, está el comedor. Yendo a la izquierda, la cocina y a la derecha el living. En el fondo, se encuentra ubicado el patio que por cierto, siempre me asombró lo grande que es.
   Tengo que contar que hace unos días, tuve una pelea muy fuerte con mi familia. Desde ese entonces, me fui de mi casa y me instalé en esta casa que se encuentra en la Avenida Santilla, en estado abandonada. Ya que yo no tengo nada de plata para alquilar ni nada, esa casa me venía al pelo. Curiosamente, tuve la suerte de tener todo amueblado y en buenas condiciones. Ya que me dijeron que estaba abandonada desde hace mucho tiempo, imaginé que estaría todo en ruinas, pero no, todo estaba impecable. Después de ver el equipamiento de la casa, se me cruzó por la cabeza de que alguien podía estar viviendo allí, pero pude convencerme de que estaba completamente libre de habitantes. Quise que mi mejor amigo José me haga compañía pero no quiso. Así que… solo, estaba viviendo.
    Cuando Salí del baño, escucho ruidos por abajo. Se escuchaban como si fuesen lápices volcándose entre sí. No le di mucha importancia, así que me vuelvo a la cama. Al rato se escucha ese mismo sonido, acompañado de algunos murmullos. Esta vez si me levante, pues pensé que era la policía inspeccionando la casa. Por suerte no lo era, pero esta vez me corría una duda por la cabeza. Ahora, con un poco de miedo, empecé a preguntarme qué habrá sido ese ruido extraño.
     Para matar la curiosidad, saco la linterna de mi mochila que me había prestado José y empecé a iluminar mientras caminaba por los oscuros pasillos de la casa abandonada. No sé por qué, pero siempre tuve esa sensación de que alguien estaría detrás mío cuando camino en la oscuridad. Siempre me lo imaginé y empezaba a entrar en pánico. Pero esta vez trataba de no hacerlo y ni se me ocurrió mirar hacia atrás por el simple hecho de que tu propia imaginación, te pueda hacer ver cosas que no sean de tu agrado, solo por el miedo.
   Al parecer, habrá sido algún ruido de afuera. No he visto nada fuera de lo normal. En fin. Vuelvo a la cama, y sigo durmiendo.
     Ya eran las 9:00 AM y dormí como mosca. A las 11hs tenía que estar en la casa de José, así que tenía que salir. Me cambie de ropa y puse mi pijama en la mochila. Al salir, dejo la mochila en la cama para no ir tan cargado. Bajo las escaleras y al intentar abrir la puerta de salida, la notaba muy trabada. No podía abrirla. Al cabo de unos minutos, tuve que hacer mucha fuerza para conseguir abrirla. En fin. Mi brazo me quedo dolorido. Al ver a mi amigo, pasamos un rato de diversión. Jugando  a las cartas, mirando el partido, y jugando a la play station. Pasado el tiempo, ya eran las 18hs y en cualquier momento volvería a mi casa abandonada. Ya que jugábamos al juego de Sillen Hill, salió la conversación relacionada con los “fantasmas”. Nos Preguntábamos si serian reales o solo mitos. José me afirmaba que los fantasmas si existen aunque yo seguía con la duda. Fue ahí cuando me conto que había una casa en el que vivía un señor que asesinó a varias mujeres y las enterraba en su amplio patio. ¿Por qué las asesinaba? Se sospechaba que el hombre estaba maldecido. Pues tuvo varias mujeres y les proponía matrimonio. Cuando llegaba el día del casamiento, el hombre sufría algún tipo de posesión, pues incontrolablemente, asesinaba brutalmente a su mujer. Sin dejar rastros. Al pasar una semana, se juntaba con otra mujer para volver a hacer lo mismo. Los vecinos dicen que a la noche se escuchan los llantos de todas las mujeres asesinadas por él, buscando venganza contra cualquier hombre que se les cruce. Me asombre mucho al escuchar eso. Al rato, me llega un mensaje de texto a mi celular. Era mi papa que me pedía por favor que vuelva. Todo se arreglaría y en el mensaje estaba la promesa de que no volvería a pasar. Todo volverá a ser como antes así que decidí que sería mejor volver a mi casa con mi familia. -Por cierto, ¿cuál es la casa de la que me hablaste así la busco en internet?- Le pregunto a José y él me responde: La de la Avenida Santilla.
     En ese momento sentí que por el miedo todo se derretía y mi mente se bloqueo completamente. Pues claro. Es la casa en la que yo me encuentro. La verdad me arrepiento de lo que hice. ¿Por qué me fui de mi casa? Ahora quiero volver con mi familia pero no puedo sin mi mochila que está en la habitación de la otra casa. ¿Qué podría hacer ante esta situación? Me encontraba en aprietos.
    Ya eran las 19:30hs y me encontraba frente a la puerta de la casa abandonada. Tome coraje y me dije a mí mismo: -¡No, no puede ser cierto!- Al estirar mi mano al picaporte de la puerta de entrada, esta se abre suavemente como si me invitaran a entrar. Solo trataba de inclinar mi pensamiento en cualquier otra cosa más realista, menos en esa absurda historia. Por Ejemplo, Al abrirse la puerta, quise creer que fue el viento quien lo hizo.
     Finalmente, entro a la casa en busca de mi mochila. Esta vez era diferente ya que no tenía ninguna linterna en mi mano. La casa, tremendamente espaciosa y oscura con ese olor a húmedo daban una imagen más tenebrosa. Subiendo las escaleras, escuchaba mis propios pasos que los relacionaba con los típicos pasos de los cuentos de terror. Voy por el pasillo de habitaciones y al entrar en la que yo dormí, note que mi mochila no estaba ahí. Era imposible que haya desaparecido. Yo la había dejado arriba de la cama. Y fue ahí cuando mi pensamiento se vio obligado a inclinarse a esa historia. Al entrar en pánico, no sabía si seguir buscando mi mochila o salir de inmediato de la casa. -¡Al diablo la mochila!- Quise salir cuando antes de ahí. Rápidamente, corrí por el pasillo, baje las escaleras y otra vez el mismo problema de antes. La puerta de salida no abría y yo estaba realmente desesperado y gritando para que alguien me escuche de afuera y me socorra. Golpeando brutalmente la puerta, siento que alguien me susurra en el oído. Yo me quede paralizado y esta vez sí decidí darme vuelta. Al hacerlo, veo muchas mujeres con vestido de novia y sus caras muertas que cada vez se acercaban más hacia mí. Y una de ellas tenía mi mochila. No me importaba la mochila, solo quería salir de ahí lo mas antes posible. Gritando desesperadamente, pido auxilio pero esas mujeres cada vez se acercaban más a mí. Todas lloraban desesperadamente y una de ella estrechó su mano muerta por mi rostro abriendo enormemente su asquerosa boca y sacando su lengua. En ese momento caigo al suelo de espalda junto con la puerta de salida que los auxiliares tiraron. No podían abrir la puerta normalmente, así que recurrieron arrancarla tirando con una camioneta. La casa abandonada quedo sin puerta. Yo quede a salvo. ¿Mi mochila? No quiero saber nada al respecto. Pero sería interesante saber que paso con esas mujeres.
    Por suerte ya estoy con mi familia de nuevo. Esta vez tengo a Verónica, el amor de mi vida. Me puse de novio hace nomas de dos semanas y tenemos una muy buena relación. Escribiendo esto, me miro al espejo que está en mi mesa de trabajo y me doy cuenta de que estuve en una situación que quizás nunca más vuelva a pasar. Hoy en día, soy un escritor y escribo novelas ficticias y hechos reales como este mismo y hasta en tiempo real. Cada vez que yo escribo, siempre viene Vero a traerme el café. Pero ahora no sé porque se anda demorando. Finalmente, yo sigo escribiendo y siento que ella viene por detrás de mí. Esperaba su mano a mi alrededor con la tasa de café…  ¿pero qué…? Que mano tan muer…

   
    ¿Acaso es mi mochila?...                               Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario